¡Nuestro santo! Nadie puede resistirse al aroma de un sancocho recién hecho y a esos sabores tan típicos. Hay tantas maneras de prepararlo, como ingredientes y acompañantes. Pensar en un sancocho bien cargado, nos transporta a esos paseos familiares, al corredor de la finca, a revivir los aromas campesinos y a los encuentros más felices alrededor de la mesa. Esta preparación,se convirtió en un infaltable de la gastronomía colombiana; es el plato que nos une como país y que se destaca lo más rico y particular de cada región en su cocina. Estos son los 5 destacados que hacen del sancocho: ¡El plato más colombiano de todos preparado en la olla a presión Securyplus Control de Imusa!
El ideal para los domingos familiares es el sancocho de pescado. A un buen sancocho de pescado, no le puede faltar el ñame y la yuca para ser legítimamente costeño. Las cabezas de pescado son el truco para darle más sabor y la leche de coco aporta la consistencia caladita y un sabor 100% costeño. ¡Una delicia!
Una mezcla de sabor y suavidad, gracias a la variedad de papas sabaneras que le dan ese toque especial a esta preparación tan colombiana. Con carne de cerdo que se prepara previamente en un guiso de tomate, cebolla y caldo de pollo. ¡Inolvidable!
Abundante por excelencia y espeso por la mezcla de zanahoria y repollo. Generalmente con trozos de carne de res y espinazo, es una mezcla a la que ningún paisa se resiste en un paseo. ¡Perfecto!
Bien aliñado, de gallina y con ahuyama para darle una consistencia única. El secreto: hervir primero la gallina para que el resto de ingredientes se cocine en sus jugos. ¡Increíble!
Una delicia colombiana que no tiene comparación: Res, cerdo y pollo combinados con esa alegría de comer sancocho de la abuela, con mazorca y plátano maduro. ¡El que más nos gusta!
Con un toque particular en cada región, este plato se convierte en Santo de devoción de la gastronomía Colombiana. Aportando una mezcla única de sabores que representan nuestras raíces, cultura y especial gusto por la comida fuerte, suculenta y que nos permita reunirnos alrededor de un plato que nos deje con el corazón contento. ¡Y la barriga aún más feliz!