Todos tenemos algo o alguien que nos desvela. Desde las deudas hasta un antojito nocturno, la preocupación por saber en dónde y cómo estará la persona que queremos, o cualquier otra circunstancia cotidiana que haga que conciliar el sueño sea algo difícil. A continuación, una lista de 7 situaciones que nos roban el sueño:
1. Esperar un mensaje: La necesidad de revisar nuestro móvil repetitivamente cuando estamos a la espera de un mensaje importante, hace que reaccionemos de forma ansiosa e incluso compulsiva. Esa sensación de expectativa constante nos dificulta “pegar el ojo”. Y si a eso le sumamos chat, memes y videos…
2. Series: Las maratones de series se han convertido en la excusa perfecta para trasnochar unas horitas de más, devorando temporadas y no percatarse del reloj. Este ocio suele saciar nuestra sed de buenas historias hasta la madrugada.
3. El poquito de comida que sobró: Esa pequeña y tentadora porción que se queda en la nevera o en el microondas es presa de tus antojos de media noche y tienes la sensación constante de que espera por ti. Esa posibilidad te ronda la cabeza hasta que te resuelves a ponerla en su lugar: tu boca.
4. Las cuentas: Las facturas y deudas tienen un lugar privilegiado en el ranking de motivos para padecer insomnio. Hay quienes en medio del trance nocturno para conciliar el sueño se han convertido en brillantes contadores y potenciales clientes de compraventa.
5. El calor: El sofoco de media noche te impide cobijarte y sentirte cómodo, y puede llegar a estropear un necesario lapso de sueño para recobrar energías. Para eso existe el Turbo Extreme Repelente Líquido, que no solo te refresca las noches, sino, que además acaba con esos insoportables mosquitos.
6. Alguien: A veces, uno de los motivos por los que no logras dormir bien tiene nombre propio. Es decir: existen niveles de ronquidos y algunos son llevaderos, pero hay quienes parecen competir con motores de retroexcavadoras y, por desgracia, aún no han inventado almohadas que logren aislar su potente ruido. ¡Qué pesadilla!
7. Buenos vecinos: ¡Salud! Por aquellos considerados vecinos que conversan, se ríen y ponen música a un volumen lo suficientemente alto como para que a dos cuadras a la redonda notemos su júbilo y los decibeles de su nuevo equipo de sonido. ¡Dios, cuídalos, pero no los multipliques!